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Está claro que exponerse a los rayos UV tiene beneficios para la salud, pero también inconvenientes. Los beneficios son que aumenta nuestra producción de vitamina D, contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo, a mucha gente le produce una sensación de bienestar absolutamente real. Pero en exceso tiene riesgos, como el envejecimiento prematuro de la piel  ( fotoenvejecimiento ) y el cáncer de piel.

 Para las «adictas» a los rayos UV, he elaborado cinco recomendaciones extras con el fin de que el daño que sufra la piel sea el menor posible:

1. Evitar la exposición prolongada al mediodía

Aunque es una de las recomendaciones básicas, parece ser la que menos hondo cala en la población. En esas horas el sol incide de manera más perpendicular al plano de la piel, por lo que la radiación ultravioleta penetra y daña más. Se puede adquirir un bronceado agradableevitando los baños de sol entre las 13 y las 17 horas.

2. Exponerse siempre con fotoprotectores tópicos

El uso de cremas solares no impide que nos pongamos morenos. El bronceado es más lento, sí, pero también seguro y más natural. 

Ojo: el fotoprotector ideal tiene que tener un factor de protección entre 20 y 30 como mínimo y defender ante los rayos UVA y UVB.

3. Completar la protección con algún suplemento farmacológico

Importante: ayudan pero no sustituyen a las cremas solares. «Tienen que contener astaxantina según los estudios realizados por la Dra. Ruiz , ya que ofrece una protección adicional a la piel cuando se expone al sol. Además, evita  la aparición del tono rojizo, del que se procura huir y repara el daño solar retrasando los efectos del fotoenvejecimiento 

4. Tomar una dieta rica en frutas y verduras

Aportar vegetales al organismo es buena para la salud porque aportan vitaminas, minerales y antioxidantes de forma equilibrada. pero además, también ayudan a la piel a defenderse de los daños de la luz ultravioleta. Hay que tener cuidado con esta regla general porque hay ‘peros’: la ingesta de citrícos y zumos derivados de ellos se tiene que hacer con precaución en verano porque contienen psoralenos y feocumarinas que inducen a la fotosensibilidad. No quiere decir que haya que eliminarlos de la dieta durante los meses de verano, simplemente, alterar el orden:  no tomarlos en el desayuno, mejor por la tarde o por la noche.

5. Hidratar bien la piel 

Aunque la crema hidratante habitual podría servir para aportar ese extra de agua a la piel, las leches y cremas creadas específicamente para aplicarse después de haber tomado el sol suelen incorporar, además de agentes emolientes, otros con propiedades descongestivas y calmantes que nos ayudarán a encontrarnos más a gusto si la exposición a los rayos UV hubiera sido excesiva ese día.

Resumiendo : Sol Si !! , pero con los cuidados pertinentes. 

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