Viajar supone conocimiento, enriquecimiento, tolerancia, experiencias y un largo etc de vivencias y emociones que no se pueden experimentar de otra forma.
A cada uno nos gusta viajar de una forma u otra: ciudad, campo, playa, etc.
Yo reconozco que me encantan los viajes cosmopolitas, la ciudades del mundo y sus habitantes me fascinan. Quizás sea por que tengo el privilegio de vivir cerca de la naturaleza y el mar y puedo disfrutarlo a menudo, por eso mis viajes van casi siempre dirigidos a conocer ciudades, sus habitantes, sus costumbres y su gastronomía. Es por ello que cada año por mi cumpleaños, entre familiares y amigos me dan la oportunidad de realizar uno de esos viajes especiales. En esta ocasión, he visitado Reims, ciudad champagnera por excelencia, refugio de reyes y nobles franceses.
Reims y sus alrededores llenos de viñedos, me han cautivado y dado la oportunidad de disfrutar de lo que mas me gusta: buen champagne y comida excelente. He tenido oportunidad de visitar las bodegas de champagne de esa region entre las que se encuentran Moet Chandon, Veuve Clicquot y otras menos conocidas pero de una calidad excelente.
Tambien he tenido la suerte de comer en el conocido y prestigioso restaurante de tres estrellas Michelin «L’assiette Champenoise» cuyo chef Arnaud Lallement nos agasajó con sus mejores platos, delicados y exquisitos y una selección de los mejores champagnes de la zona que os aseguro disfrute muchísimo.
Tras la comida, nos alojamos en su hotelito con encanto, dirigido por su familia, su madre, hermana y su mujer, una preciosidad en un entorno lleno de tranquilidad, armonía y una decoración fantástica con piezas únicas y exclusivas y una combinación de estilos de un gusto exquisito que me hicieron sentir como una verdadera privilegiada.
Durante mi estancia pude visitar otros pequeños restaurantes de la zona, como “Epicerie au Bon Manger”, mas asequibles y campechanos a la vez que de muy buena calidad, donde el foie, los quesos y los embutidos ecológicos de la zona han hecho las delicias a mi paladar acompañados de unos champagnes buenísimos.
Este ha sido otro viaje inolvidable lleno de placer a los sentidos y muy enriquecedor.
Y como soy bastante pragmatica he pensado: ¡vaya!, esto es otra de esas cosas en las que inviertes, pero que podrás llevarte contigo en tu ultimo viaje.