¿Cuál es el tamaño adecuado? La respuesta correcta depende de qué hablemos, para qué lo usemos, qué objetivo nos planteemos y, como siempre, la peculiaridad de cada persona en el proceso.
Afortunadamente somos seres diferentes y originales. También respondemos de forma distinta ante los mismos estímulos y los resultados son diferentes. Lo que a una persona le va muy bien, a otra no le prueba nada. En esta ocasión quiero hablar del tamaño de los platos.
Si yo le prohibiera terminantemente una cosa a alguien, probablemente la respuesta que obtendría sería la revelación. La persona se sentiría vulnerada en la ejercitación de sus deseos y de sus derechos. Pero no es esto lo que yo planteo. No deseo que nadie renuncie a nada. Cada persona debe poder escoger libremente lo que quiere comer mientras sus papilas gustativas envían a su cerebro auténticos orgasmos de sabor endorfínico.
Solamente haré unas reflexiones a propósito del tamaño de los platos que mejorarán la calidad de su alimentación, evitando comer más de lo que el cuerpo realmente necesita:
- Substituir los platos de vajilla estándar que tenga en su casa por platos de postre y cuencos de tamaño infantil. Es un pequeño cambio en la decoración de su alacena.
- La regla de oro: En cada comida utilice 3 platos de postre y un cuenco. Llénelos de lo que más le apetezca y cómalos.
Está demostrado que el tamaño de los platos influye, de forma decisiva, en las calorías que se ingieren a lo largo del día. Quizá parezca un razonamiento trivial, pero las grandes soluciones empiezan con las acciones más sencillas. Con esta simple medida se pueden dividir por dos o por tres las calorías que ingiere al día, y sin prescindir de ningún alimento.
Debemos tener en cuenta que estamos educados para terminar todo lo que quede en el plato. No importa que sea grande o pequeño, todo, «hasta la última mollita». Y este puede ser el primer pasito para empezar a cambiar los hábitos de vida, los hábitos de nutrición. Es necesario recordar que las poblaciones más longevas son las que, entre sus hábitos, existe una restricción calórica. Es decir, comen poco.
Desde VirtudEstética te animamos a hacer la prueba y ver como se pierden unos cuantos kilos sin esfuerzo. Luego ya hablaremos de los que es apropiado o de lo que no es apropiado comer. Pero lo que está claro que el primer paso es acostumbrarse a comer poco.
¡Ah!, se me olvidaba. Si quieres regalar salud a tu familia, amigos, invitados…, que esta costumbre sea extensiva para todos. ¡Todos a comer con platos pequeños!
¿Te imaginas? Realmente valorarán cada bocado, te felicitarán por tu buen hacer y estarán ligeros para estudiar, trabajar, pensar, disfrutar….
Elige siempre tu propia salud y la de los demás.