Últimamente me quedo asombrada ante la cantidad de noticias sobre niñas que, animadas por sus padres, participan en certámenes, concursos de belleza y sesiones de fotografía para anuncios y catálogos de moda. Hasta aquí, podría ser más o menos correcto, incluso un juego divertido para las pequeñas. El problema aparece cuando ganar un premio se convierte en obsesión malsana para sus progenitores, y escuchamos cosas como:
–Una madre obliga a su hija de 5 años a depilarse las cejas
-Madre le aplica bótox a su hija de 8 años
Señor@s, si bien es cierto que a todos nos gusta lucir una imagen cuidada, joven y bella, hemos de tener claro que los niños son bellos tal como son, porqué su belleza radica precisamente en su naturalidad e inocencia. No debemos fomentar una sociedad de niñas maquilladas, subidas en interminables tacones y que pasan horas en la peluquería: el mundo de los adultos no es para niños.