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Entrevista con Inés Pérez, dietista – nutricionista

 

Dentro de muy poco, las bajas temperaturas volverán a ser las protagonistas de nuestro día a día y sois muchas las que nos preguntáis si en las estaciones frías (otoño e invierno) es recomendable variar nuestros hábitos alimenticios para adaptarnos correctamente a la nueva climatología.

Por eso hemos charlado con la nutricionista y dietista Inés Pérez Martí que nos da algunos tips muy interesantes para alimentarnos correctamente en otoño e invierno, ¡toma nota!

 

¿Es recomendable variar nuestra alimentación ahora que llegan las bajas temperaturas?

 

Es recomendable adaptar nuestra alimentación según la estación del año.

Ahora que nos adentramos en invierno es aconsejable calentar el cuerpo gracias a diversos alimentos que nos ofrece la naturaleza.

El organismo puede estar algo más frágil que en otras épocas y surgen más problemas respiratorios (resfriados y gripes), problemas de las de las vías urinarias y gastroenteritis.

Debemos reforzar nuestras defensas (sistema inmune) con una buena alimentación con productos de temporada. Optaremos por una dieta algo más energética, calorífica y remineralizante para combatir las bajas temperaturas.

El invierno es tiempo de hibernar, descansar y tomarnos las cosas con calma, ir a la cama pronto y levantarse una vez haya salido el sol.

 

¿Qué alimentos debemos potenciar en otoño e invierno para estar en consonancia con las estaciones?

 

Potenciaremos alimentos que calienten nuestro organismo:

Raíces como el jengibre y la cúrcuma, ajos, alimentos picantes (pimienta), especies como la canela que nos tonifica y da energía, especias como el clavo, té rojo y cereales como el trigo sarraceno, arroz integral o la avena.

La huerta crece y amplia nuestra oferta de hortalizas y vegetales. Podemos elaborar cremas, sopas y caldos de verduras y/o cereales más nutritivas y suculentas si añadimos algas.

Optaremos por vegetales de temporada: calabaza, raíces como la zanahoria, remolacha, nabos y chirivías, hinojo, puerros, espinacas, acelgas y crucíferas (brócoli, coliflor…), boniatos…

 

La naturaleza nos brinda cítricos como la naranja, mandarinas para prevenir los resfriados, otras frutas como las manzanas y pera que se pueden cocer y espolvorear con canela y las magníficas granadas como gran antioxidante.

También llegan las setas (aumentan nuestras defensas), los frutos rojos (evitan cistitis), castañas y frutos secos que nos aportarán energía saludable.

Cocinaremos legumbres un par de veces a la semana

Alguna bebida caliente como te Kukicha (3 años) o infusiones de echinacea nos calentaran y tonificaran.

 

¿También debemos variar nuestra forma de cocinar los alimentos? ¿Qué platos recomiendas?

 

Si es cierto y recomendable el aumento de cocciones más largas como estofados, presión, horno, guisos o salteados largos, pero hay que combinarlas con cocciones ligeras (vapor, hervido) aunque no debemos olvidarnos del todo del alimento crudo (ensaladas y fruta fresca) que nos aporta energía y vitalidad.

Apetecen más los platos de cuchara, así que no es tiempo de ayunos o dietas a base de zumos, nuestro organismo requiere más energía.

Podemos salar algo más nuestros platos con la ayuda del miso, tamari (salsa de soja) y usaremos algo más de aceite en nuestras cocciones y aliños resultando platos más energéticos.

 

¿Existen realmente alimentos que nos prevengan de gripes y constipados?

 

En invierno debemos aumentar nuestras defensas y así evitar posibles resfriados y gripes.

Gracias a una buena alimentación podemos prevenir estos ataques víricos.

Los cambios de temperatura del exterior e interior de las casas, más seco y caliente pueden aumentar el riesgo de infección.

La naturaleza nos brinda cítricos como la naranja, mandarinas, pomelos…para prevenir los resfriados, que junto a las verduras de temporada nos aportan vitaminas C y minerales que nuestro cuerpo necesita

 

Se recomiendan los alimentos de proximidad, ¿por qué motivo?

 

Consumir alimentos de proximidad es apostar por la salud de todos, la salud de nuestro plantea, la de la economía local y tu salud.

Los alimentos de proximidad son más frescos, ya que se recogen en su momento de maduración y no tienen que hacer grandes viajes para llegar a tu mesa. Por tanto, no necesitan de frío (nevera) y conservan el máximo de nutrientes y sabor. Tampoco necesitan de conservantes u otros químicos para mantenerse frescos.

Los alimentos de proximidad suelen ir del campo al mercado. El agricultor recibe un precio justo por sus productos y tú puedes comprar mejor calidad a precios competitivos, ya que no suelen haber intermediarios.

Al comprar producto de proximidad contribuimos a reducir las emisiones de CO2.

Debemos ceñirnos a productos nacionales y de temporada ya que si demandamos productos exóticos o fuera de temporada hace que las grandes corporaciones adquieran más territorio perjudicando a pequeños agricultores.

Por todo ello debemos saborear y beneficiarnos de nuestros alimentos locales y de proximidad.