He pensado que podéis tener curiosidad por conocer lo hábitos de la generación de los millennials, esa generación tan especial de jóvenes.
Os dejo con este curioso y simpático artículo de la periodista Marta Michel que es muy ilustrativo e interesante y que cada cual saque sus conclusiones.
Nuestras abuelas se troncharían de la risa ante la tendencia social de la que ahora se habla: el ‘nesting’. Parece de broma que se haya definido como una corriente de bienestar propia de jóvenes ‘millennials’ estresados lo que es más antiguo (y delicioso) que el pan de pueblo. Practicar el ‘nesting’ -que viene de la palabra inglesa ‘nest’ (nido)- significa encerrarse literalmente en casa todo el fin de semana y dedicar el tiempo a tareas relajantes como hacer repostería casera, manualidades, cuidar las plantas, leer un libro plácidamente en el sofá o ver series en la tele… ¡Qué placer!.
Yo soy asidua practicante (y defensora) de este plan de relax casero, el más apetecible después de jornadas intensas en el trabajo, pero hasta ahora no era consciente de la trascendencia que puede llegar a tener si se eleva a la categoría de nesting. Porque ya no es recuperarte del ajetreo vagueando a tus anchas, es algo más profundo. Se plantea como un retiro espiritual orientado al autoconocimiento, una mirada hacia dentro para analizar nuestros pensamientos y emociones, y así reenfocar la vida hacia una existencia más plena y feliz. He leído en un blog que hay quienes bloquean estos días en sus agendas para citarse consigo mismos. Algunos expertos resaltan las bondades de este enclaustramiento para la salud física y mental, y no son nada desdeñables: baja la ansiedad y sube la autoestima. Bueno…, eso siempre ocurre cuando gozas del tiempo libre. Ocuparse del jardín o cocinar siempre se ha considerado terapéutico.
Otro aspecto que no hay que descuidar para que la reclusión funcione es adecuar la decoración de la vivienda a los postulados del ‘wellness’: iluminación cálida, ropa de tejidos naturales, mantas peludas, ‘pufs’, velas aromáticas, mullidos almohadones, flores silvestres, vajillas artesanales… Se trata de crear un ambiente lleno de buenas vibraciones para aprovechar toda la potencialidad de lo que los nuevos modernos llaman me-time (tiempo para mí). ¡Dios mío, cuánta tontuna! ¿Es un encierro total o se puede abrir una ventana hacia el exterior? Parece ser que el ‘nesting’ no excluye al móvil, porque las redes sociales están llenas de fotos de espacios ‘cozy’, íntimos y confortables, que suben los propios ‘militantes’ -¿no estaban recluidos?-.
Bromas aparte, parece que se está dando un importante giro hacia lo doméstico no carente de cierto peligro, me alerta una compañera recelosa del aislamiento que esta nueva moda puede agudizar. ¿Llegará un día en que solo nos comunicaremos con nuestros semejantes por internet? Venga, vámonos a la calle.
VirtudEstetica.