En mi reciente visita a Madrid tuve la oportunidad de comer en este restaurante situado en el corazón del barrio de Salamanca, el distrito más elegante de la capital.
El trato desde la llegada es muy afable. Te atienden con una sonrisa y te acompañan a tu sitio con rapidez.
Comí en la barra de sushi y fue un gran acierto. De la mano de Greko pude apreciar uno a uno la mezcla de sabores y técnicas de Perú, Japón y España que en este restaurante dominan a la perfección.
Además el ambiente es elegante, y con una decoración sofisticada que evoca los paisajes a orillas del Amazonas con numerosos detalles. Incluidas las grandes esculturas del jardín.
Sabéis que me gustan las comidas ligeras, hechas de forma simple. Suelo combinar siempre que puedo pescado y verduras. Pero no renuncio al sabor. Y Greco nos recomendó platos como el usuzukuri de hamachi, con pez limón y tomate cherry, el lenguado salvaje hecho al ‘espeto’ o la yarikahua de carabinero, un ceviche excepcional con choco. Todos deliciosos, complejos de sabor y muy digeribles. Como entrante tomé una suave sopa de miso. Acompañé los platos con una copa de vino blanco y en esta ocasión renuncié al postre. Es un pequeño truco que tengo, no suelo tomar vino y postre en la misma comida. Como sabéis ambos tienen numerosas calorías ‘vacías’ así que prefiero no mezclarlos, ni en comidas especiales.