¿Por qué no? Las personas nos cuidamos muchísimo más que antes, nos preocupamos por nuestra imagen y por estar más atractivos y bellos. Sí. Procuramos llevar una alimentación sana, practicamos deporte, tratamos y mimamos nuestra piel para conservarla bella, ¡y si no lo hacéis aún escribirme! Pero ¿es eso incompatible con un caprichito de vez en cuando? Yo digo que no, y lo practico. Os recomiendo los cup-cakes. Siempre que viajo aprovecho para disfrutarlos.

Se trata de una receta estadounidense a base de mantequilla, azúcar, huevos y harina que surgió en el s. XIX y que aparece documentada por primera vez en 1828 en el recetario de Eliza Leslie Seventy-five Recipes for Pastry, Cakes, and Sweetmeats (Setenta y cinco recetas de pasteles, tortas y dulces). También se les conoce como fairy cake, patty cake o pastel de taza y son pequeñas tartitas individuales con aspecto similar al de las magdalenas o muffins pero decorados con los más originales tipos de coberturas, glaseados, colores y virutas. Vamos ¡casi una obra de arte!
Personalmente yo suelo acompañar este riquísimo bocado con una buena taza de té verde que además, gracias a su poder quemagrasas, equilibra y compensa el pequeño exceso.
En Barcelona los podéis probar en Lolita Bakery y en Madrid en Love Cup-Cakes.
Os dejo una imagen de mi preferido con nata montada por encima.
¡Bon appétit!

 

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