Un año más la Navidad está a la vuelta de la esquina y antes de que nos envuelva por completo me gustaría hacer una reflexión personal…
En los últimos años me he dado cuenta que en muchas ocasiones la emoción por las celebraciones, el estrés por conseguir todos los regalos a tiempo y la preparación de grandes banquetes nos aleja de la verdadera esencia de estas fiestas: compartir y disfrutar del amor de nuestros seres queridos y acordarnos de la palabra solidaridad.
Es cierto que estos deseos deberían estar presentes en nuestra vida todos los días del año, pero al menos, estos días, podemos dedicarles este pequeño homenaje…
Por eso creo que es importante prestar atención a nuestro alrededor y no dejar escapar la oportunidad de ayudar a aquellos que lo necesiten. Por suerte la mayoría de ciudades y pueblos están poniendo en marcha maravillosas campañas de recogida de alimentos y juguetes, para que todas las familias puedan disfrutar de las fiestas. ¡Podemos participar!
Y sobretodo disfrutar de verdad de cada momento. Que hacer un regalo no sea una obligación, sino un deseo, que reunir a la familia no se convierta en compromiso sino en un anhelo y que disfrutar sea nuestro mayor obsequio…
Os dejo este precioso arbol de Navidad para que vosotros también depositéis vuestros deseos…
¡FELICES FIESTAS!